CULTO BREVE DE LA SANTA COMUNIÓN PARA USO EN EL HOSPITAL O EN UN HOGAR
Este culto de Santa Comunión se ha preparado para ser usado en un hospital o en un hogar. Se asume que la persona que va a recibir el sacramento no puede asistir al culto regular de Santa Comunión por causa de su enfermedad u otro impedimento. Miembros de la familia y otras amistades pueden estar presentes y participar del sacramento. El pastor o pastora traerá consigo los elementos para el sacramento. Únicamente un pastor o una pastora con órdenes de presbítero, o un pastor o pastora local con nombramiento pastoral, podrá oficiar en este sacramento.
ORDEN DEL CULTO
SALUDO
La gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes.
Y también contigo.
El Cristo resucitado está con nosotros.
¡Alabemos al Señor!
LECTURAS BIBLICAS – Algunas sugerencias:
Salmo 61:1-5; Salmo 71:1-3, 20-23; Jeremías 33:6; Santiago 5:14-16
ORACIÓN DE PETICIÓN
Buen Dios, en este momento nos acercamos a ti por medio de esta oración, así como tu Hijo Jesús nos ensenó a orar a ti. Te suplicamos que tomes en cuenta a N..., quien se encuentra enfermo(a). Lo/la ponemos en tus manos y te rogamos por su vida, por su estado espiritual y por su salud física. Oramos por su familia, pidiendo que la sostengas y le des esperanza en este momento de prueba. Bendice y dirige al personal médico que atiende a N..., Permite que los tratamientos, las medicinas, y toda atención médica sean de beneficio para N..., Por Cristo Jesús, nuestro Salvador, Señor y Médico divino, lo rogamos. Amén.
INVITACIÓN
Cristo nuestro Señor invita a su mesa a quienes le aman, a quienes verdadera y sinceramente se arrepienten de sus pecados y procuran vivir en paz y amor con el prójimo. Confesemos, por lo tanto, nuestro pecado delante de Dios, en presencia los unos de los otros:
CONFESIÓN Y PERDÓN
Dios misericordioso, confesamos que no te hemos amado de todo corazón, y con frecuencia no hemos sido una iglesia fiel. No hemos cumplido con tu voluntad, hemos violado tu ley, nos hemos rebelado en contra de tu amor, no hemos amado a nuestro prójimo y no hemos escuchado la voz del necesitado. Perdónanos, oh Dios, te lo rogamos. Libéranos para que te sirvamos con gozo, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Escuchen las buenas nuevas: «Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8). ¡En el nombre de Jesucristo son perdonados!
¡En el nombre de Jesucristo eres perdonado(a)!
Gloria a Dios. Amén.
LA GRAN ACCIÓN DE GRACIAS
Elevemos nuestros corazones y demos gracias a Dios.
Santo eres tú y bendito es tu Hijo Jesucristo, a quien ungiste con tu Espíritu para predicar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, proclamar libertad a los cautivos, dar vista a los ciegos, y poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año agradable del Señor. Jesús, el Médico divino, sanó a los enfermos, a los paralíticos y a los cojos. Jesús, el buen Pastor, tuvo compasión de su pueblo, dio de comer a los hambrientos, dio agua viva a los sedientos y comió con los pecadores.
Oh Dios, a través de su sufrimiento y muerte nos liberaste del pecado y de la muerte y destruiste sus poderes para siempre. Levantaste de los muertos a este mismo Jesucristo que ahora reina contigo en gloria, derramaste sobre nosotros tu Santo Espíritu, e hiciste con nosotros un nuevo pacto.
En la noche que fue entregado, Jesús tomó el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, lo dio a sus discípulos y dijo: «Tomad, comed, esto es mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de mí».
Asimismo, tomó la copa después de haber cenado y, habiendo dado gracias, la dio a sus discípulos y dijo: «Tomad de esta copa que es el nuevo pacto en mi sangre, derramada por muchos para el perdón de sus peca dos. Haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí».
Derrama tu Santo Espíritu sobre quienes estamos aquí reunidos y sobre estos dones de pan y vino; haz que sean para nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo para que, renovados y redimidos por su sangre, seamos el cuerpo de Cristo para el mundo, hasta que Cristo venga en su victoria final y podamos todos participar del banquete celestial.
Mediante tu Hijo Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo, a ti sea todo honor y gloria, Dios omnipotente, ahora y siempre. Amén.
EL PADRENUESTRO
SE COMPARTEN EL PAN Y LA COPA
Se sirve el pan y la copa a la persona enferma y a quienes estén presentes, y se dicen estas palabras u otras que sean adecuadas:
N..., el cuerpo de Cristo que fue entregado por ti.
N..., la sangre de Cristo que fue derramada por ti.
BENDICIÓN
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