EL SACRAMENTO DE LA SANTA COMUNIÓN II

Este rito podrá comenzar con la invitación a la mesa del Señor. Será precedido por el orden del culto dominical.

Las personas se reúnen en el nombre del Señor. Ofrecen alabanzas y oraciones. Quien oficia lee las escrituras y predica. La congregación ofrece respuestas de alabanza, fe oración.

El culto continúa con la siguiente invitación.

INVITACIÓN

Cristo nuestro Señor invita a su mesa a quienes le aman, a quienes sinceramente se arrepienten de sus pecados y procuran vivir en paz con los demás.

Confesemos, por lo tanto, nuestro pecado delante de Dios, en presencia los unos de los otros.

CONFESIÓN Y PERDÓN

Dios de misericordia, confesamos que no te hemos amado de todo
corazón. No hemos hecho tu voluntad,
hemos violado tu ley,
nos hemos rebelado contra tu amor,
no hemos amado a nuestro prójimo
y no hemos escuchado la voz del necesitado.
Te suplicamos que nos perdones.
Libéranos para que te sirvamos con gozo,
mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Todos oran en silencio.

Escuchen las buenas nuevas:
«Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores,
Cristo murió por nosotros».
¡Son perdonados en el nombre de Jesucristo!
¡Eres perdonado(a) en el nombre de Jesucristo!
Gloria a Dios. Amén.

LA PAZ

Compartamos señales de reconciliaci6n y amor cristiano.

OFRENDA

Presentemos nuestras ofrendas, así como a nosotros mismos, delante de Dios.

Mientras se recibe la ofrenda, la congregación podrá cantar o se ofrecerá otro tipo
de música. Se llevan el pan y la copa, junta con las ofrendas, a la mesa del Señor. Si los
elementos han sido colocados con anterioridad, quien oficia las destapa.
Al presentar las ofrendas, la congregación cantara una doxología, un himno o un
cantico apropiado.

SE COMPARTEN EL PAN Y LA COPA

Quien oficia toma el pan y la capa y los prepara para la cena.

ACCIÓN DE GRACIAS
El Señor sea con ustedes.
Y también contigo.
Eleven sus corazones.
Los elevamos al Señor.
Demos gracias a nuestro Dios.
Es digno y justo darle gracias y alabarle.

Es verdaderamente digno y justo darte gracias en todo tiempo y en todo lugar,
Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.*

*Se podrán incluir aquí palabras apropiadas para el día, estación u ocasión.

Y así,
con todo tu pueblo en la tierra
y con toda la compañía del cielo,
alabamos tu nombre y nos unimos en el himno eterno:

Santo, santo, santo
es el Señor, Dios todopoderoso.
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
¡Hosanna en las alturas!
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
¡Hosanna en las alturas!

Santo eres tú y bendito es tu Hijo Jesucristo.*
Mediante el bautismo de su sufrimiento, muerte y resurrección
diste nacimiento a tu Iglesia,
nos liberaste de la esclavitud del pecado y de la muerte
e hiciste con nosotros un nuevo pacto
mediante el agua y el Espíritu. *
La noche en la que El se entregó por nosotros,
tomó pan y habiendo dado gracias, lo partió,
lo dio a sus discípulos y dijo:
«Tomad, comed, esto es mi cuerpo que es dado por vosotros.
Haced esto en memoria de mí».

Después de la cena, tomó la copa
y después de haber dado gracias, la dio a sus discípulos,
diciendo: «Bebed de ella todos vosotros,
esta es mi sangre del nuevo pacto,
derramada para el perdón de los pecados.
Haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí».

Y así,
recordando los méritos de tu Hijo Jesucristo,
te rogamos que aceptes este nuestro sacrificio de alabanza
y acción de gracias, como un sacrificio vivo y santo en unión de la entrega de
Cristo por nosotros,
para que proclamemos el misterio de la fe.

Cristo ha muerto, Cristo ha resucitado, Cristo vendrá otra vez.

Derrama tu Santo Espíritu sabre las que estamos aquí,
y sobre estos dones de pan y vino.
Haz que sean para nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo,
para que seamos el cuerpo de Cristo para el mundo,
redimidos por su sangre.*
Mediante el poder de tu Espíritu, haznos
uno con Cristo, uno con las demás
y uno en ministerio a todo el mundo,

*Se podrán incluir aquí palabras apropiadas para el día, estación u ocasión.

hasta que Cristo venga en la victoria final
y participemos en su
banquete celestial.
Mediante tu Hijo
Jesucristo,
con el Espíritu Santo en tu santa Iglesia,
a ti sean todo honor y toda
gloria, Dios omnipotente, ahora y siempre.
Amén.

Y ahora, con la certeza de ser hijos e hijas de Dios, oremos:

Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal.
porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
por todos los siglos. Amén
(Mt. 6:9-13)

SE PARTE EL PAN

Quien oficia parte el pan y luego levanta la copa, en silencio o con palabras adecuadas.

SE COMPARTEN EL PAN Y LA COPA

Se comparten el pan y la copa con la congregación y se dicen
estas palabras u otras adecuadas:

Nombre, el cuerpo de Cristo que se dio por ti. Amén.
Nombre, la sangre de Cristo, derramada por ti. Amén.

La congregación o el coro podrá cantar himnos mientras las personas reciben el pan y
la copa.
Cuando todos han recibido los elementos, se deja en
orden la mesa del Señor. Quien oficia elevará una
oración de gracias después de la Comunión.

HIMNO O CANTO

DESPEDIDA CON LA BENDICIÓN

Id en paz.
La gracia del Señor Jesucristo
y el amor de Dios
y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.

Amén.

SALIDA

BAJAR AHORA