The Pentecost Challenge: Location! Location! Location! (Sermon Starters)
By Ophelia Hu Kinney
(Note: Scroll down to read a Spanish translation of this article.)
In his second letter to the Corinthians, Paul relays a message that the Spirit laid upon him: “My grace is enough for you, because power is made perfect in weakness” (2 Cor. 12:9, CEB[1]).
These words and Paul’s subsequent reflection are too often used by the mighty to justify oppression. “Therefore, I’m all right with weaknesses, insults, disasters, harassments, and stressful situations for the sake of Christ, because when I’m weak, then I’m strong” (2 Cor. 12:10, CEB).
Paul’s words could sound like an acceptance of existing power dynamics, a feather-and-ink signature under what is, rather than a contextualized confession of one’s own powers and privileges. If we were to read scripture “literally” (and who of us could truly do that?), then this letter could read like an admonition to those who dared to ask for more.
The problem with such a reading of Paul’s letter is that it completely disregards the current of Jesus’ life and ministry. Paul writes to his own people in the church of Corinth, the seat of power wielded against an Israelite religious minority.
And so, the silk strands we must weave together today are questions about where we must be all right with weaknesses, insults, disasters, harassments, and stressful situations; where we must not be all right; where we must call seats of power down to common earth, where we must uplift those in danger of being trampled (where we must uplift ourselves when we are in danger of being trampled). Our lives touch intersections of power and disempowerment.
Church, where do we locate ourselves in Paul’s letter? Do we prescribe Paul’s acceptance of weakness as a placebo to our queer and trans siblings? {“Stay, just a little longer, and help us in our fight for the future of our denomination.”} To the non-white, non-English churches and ministries sometimes treated as optional spice packets to sprinkle atop our church? {“You glorify God through your suffering.”} To disabled ministers whose callings are curtailed by our inability to trust their callings? {“You are so brave.”}
Like the prophet Ezekiel, we are sent to our own spiritual communities to hold them accountable in love. To our own denomination, to our own churches, to our own places of ministry, we are recalled into a relationship of justice and mercy in and through the Spirit. The scroll is sweet if we have teeth to sink into it and time to savor it.
Consider:
- How have the denizens of empire undertaken suffering this week, this season, and called it suffering? How have the mighty chosen humility or the powerful chosen weakness?
- On this U.S. Independence Day, what would it mean for American imperialism to suffer and consider that strength?
- What would it mean for military/militarized domestic police forces to suffer and consider that strength?
- What would it take for us to chain our privileges, the fists that could wound, the tongues that could strike, so that we could lift our weight off the oppressed?
Ophelia Hu Kinney is the director of Communications of Reconciling Ministries Network. Ophelia is the child of immigrants, a sister, and a wife and lives in Maine.
[1] Verses marked CEB are from the Common English Bible (CEB)Copyright © 2011 by Common English Bible.
EL RETO DE PENTECOSTÉS: ¿En dónde nos ubicamos?
Ideas para el sermón
En su segunda carta a los Corintios, Pablo transmite un mensaje que el Espíritu impuso sobre él:
«Pero el Señor me dijo: «Mi bondad es todo lo que necesitas, porque cuando eres débil, mi poder se hace más fuerte en ti». Por eso me alegra presumir de mi debilidad, así el poder de Cristo vivirá en mí» (2a a los Corintios 12:9, PTD2015[1]).
Estas palabras, y la posterior reflexión de Pablo, son utilizadas con demasiada frecuencia por los poderosos para justificar la opresión:
«También me alegro de las debilidades, insultos, penas y persecuciones que sufro por Cristo, porque cuando me siento débil, es cuando en realidad soy fuerte» (2a a los Corintios 12:9, PTD2015).
Las palabras de Pablo podrían sonar como una aceptación de la dinámica de poder existente: una firma con pluma y tinta bajo lo que es, en lugar de una confesión contextualizada de los propios poderes y privilegios. Si tuviéramos que leer las Escrituras «literalmente» (¿Y quién de nosotros realmente podría hacer eso?). Entonces, esta carta podría leerse como una advertencia para quienes que se atrevan a pedir más.
El problema con tal lectura de la carta de Pablo es que ignora por completo la vida y el ministerio de Jesús hoy. Pablo escribe a su propio pueblo en la iglesia de Corinto, la sede del poder ejercida contra una minoría religiosa israelita.
Y así, los hilos de seda que debemos tejer juntos y juntas hoy, son respuestas a preguntas como estas:
- ¿En dónde debemos conformarnos con las debilidades, insultos, desastres, acosos y situaciones estresantes?;
- ¿En dónde no debemos conformarnos?;
- ¿En dónde debemos reclamar a quienes tienen asientos de poder a trabajar a favor de los marginados?
- ¿Cuándo y dónde debemos defender a quienes están en peligro de ser pisoteados? (¿Cuándo y dónde debemos levantarnos y defender nuestros derechos cuando estamos en peligro de ser pisoteados?)
Nuestras vidas cruzan tanto intersecciones de poder como de desempoderamiento.
Iglesia, ¿dónde nos ubicamos en la carta de Pablo? ¿Prescribimos la aceptación de Paul de la debilidad como un placebo a nuestros hermanos queer y transgéneros?: –Quédate, solo un poco más, y ayúdanos en nuestra lucha por el futuro de nuestra denominación. ¿Hacemos lo mismo con las iglesias y ministerios que no son blancos ni hablan inglés –a veces tratados como paquetes de especias opcionales para esparcir sobre nuestra iglesia?: –Tú glorificas a Dios a través de tu sufrimiento. ¿Y qué le decimos a los ministros discapacitados, cuyos llamamientos se ven limitados por nuestra incapacidad de confiar en sus llamados?: –¡Eres tan valiente!
Como el profeta Ezequiel, somos enviados a nuestras propias comunidades espirituales para que rindamos cuentas en amor. A nuestra propia denominación, a nuestras propias iglesias, a nuestros propios lugares de ministerio, somos llamados a una relación de justicia y misericordia en y a través del Espíritu. El pergamino es dulce si tenemos dientes para hundirlos en él y tiempo para saborearlo.
Preguntas para considerar::
- ¿Cómo han afrontado los habitantes del imperio el sufrimiento esta semana, en este tiempo, y lo han llamado sufrimiento?
- ¿Cómo han elegido los poderosos la humildad o la debilidad?
- En el Día de la Independencia de los Estados Unidos, ¿qué significaría para el imperialismo estadounidense sufrir y considerar esa fuerza?
- ¿Qué significaría para las fuerzas policiales nacionales, militares / militarizadas sufrir y considerar esa fuerza?
- ¿Qué se necesitaría de nosotros para encadenar nuestros privilegios, los puños que podrían herir, las lenguas que podrían lastimar, para que podamos levantar el peso de la gente oprimida?
Por Ophelia Hu Kinney. Ophelia es descendiente de inmigrantes, hermana y esposa, y vive en Maine. Actualmente, dirige la Red de Ministerios de Reconciliación, y vive en Maine.
[1] Palabra de Dios para todos (PDT) © 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015.
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