Un solo corazón: Hablemos sobre la eliminación del lenguaje restrictivo en la Disciplina de la Iglesia Metodista Unida
Por el Rev. Bradley Laurvick, pastor principal, First United Methodist Church, Fort Collins, CO
«¿No podemos ser de un mismo corazón,
aunque no podamos ser de una misma opinión?»
(«Sermón 39: El espíritu católico»,
Obras de Wesley, Tomo II, Sermones II, p. 2).
Este artículo fue escrito sabiendo que usted, como líder o miembro de la Iglesia Metodista Unida, puede recibir preguntas de personas dentro y fuera de su congregación en las próximas semanas y meses relacionadas con las decisiones tomadas en la Conferencia General de 2024, particularmente en torno a la eliminación del lenguaje restrictivo o dañino relacionado con las personas LGBTIQA+. Ahora que la mayoría de las desafiliaciones de la Iglesia Metodista Unida se han completado oficialmente, tenemos una oportunidad única para redescubrir quiénes queremos ser como metodistas unidos. Algunas congregaciones pueden estar entusiasmadas con la eliminación del lenguaje restrictivo en el Libro de Disciplina, mientras que otras pueden tener preocupaciones sobre esas decisiones. Otras congregaciones pueden desear que la Conferencia General hubiera ido más allá e incorporado un nuevo lenguaje inclusivo.
Independientemente del lugar donde usted sea usted miembro de la Iglesia Metodista Unida, encontrará valioso entender las tradiciones y teología metodistas que permiten que nuestra iglesia disfrute de un espacio en un «centro radical» que crea lugar para todas las personas y mantiene la capacidad de enfocarse en el discipulado. Como nos recuerda la serie de recursos titulada See All the People [Ver a Todas las Personas]: «El discipulado comienza con la relación». Usted tiene la oportunidad de proporcionar una presencia libre de ansiedad al conversar con quienes vienen a usted con preguntas. Honre los sentimientos de quienes preguntan y fomente las conversaciones con invitaciones para que quienes tienen preguntas expresen más sobre los temas que le preocupan y pregunten más y, así poder mantenerse conectados. Reconozca que para algunos, las preguntas surgirán debido a una combinación de reacción emocional acompañada de conceptos teológicos o ideológicos.
Juan Wesley, el fundador del metodismo, invitó desde los inicios del movimiento, a crear espacios de aceptación para la diferencia y la diversidad. Esto es tanto una bendición como un desafío. La Conferencia General de 2024 creó más espacios en nuestra denominación al eliminar el lenguaje restrictivo en el Libro de Disciplina que excluía a las personas de la comunidad LGBTIQA+ al ya no llamarlas «incompatibles con las enseñanzas cristianas», prohibiéndoles ser parte del ministerio ordenado y negando a sus pastores/pastoras la opción de realizar sus bodas. Estos cambios se hicieron en nuestra Disciplina de maneras que no solo crean espacio para las personas de la comunidad LGBTQ+, sino que también permiten que quienes no estén de acuerdo mantengan sus propias creencias. Haga clic aquí para tener acceder a una revisión detallada de las decisiones tomadas por la Conferencia General sobre el lenguaje restrictivo.
Al considerar este cambio en el lenguaje disciplinario de nuestra denominación, puede ser útil verlo a través de los dones de las Escrituras, la tradición, la experiencia y la razón (comúnmente conocido como el cuadrilátero wesleyano).
Las Escrituras
El espacio creado en el Libro de Disciplina puede ayudarnos a vivir el mensaje que Pedro comparte con Cornelio en Hechos 10.34, que Dios no muestra parcialidad (o no tiene favoritos) con un grupo de personas sobre otro.
En lugar de estar atrapados en el proceso de la política y el desacuerdo del dogma (como los conocidos expertos legales, los fariseos, a quienes Jesús, a menudo, reprendía por perder el sentido de las leyes de Dios), el cambio en nuestra Disciplina nos permite enfocarnos en vivir la misericordia de la que habló el profeta Oseas (Oseas 6.6) y Jesús (Mateo 9.13 y 12.7).
Hay que reconocer que nuestra Disciplina no ha sido, no es y, puede que nunca sea perfecta. Este es un reconocimiento humilde de que la gracia de Dios es suficiente y se perfecciona en nuestra debilidad (2a a los Corintios 12.9).
Este momento nos permite demostrar nuestro compromiso, desde hace mucho tiempo, de ser uno en el Espíritu, como el cuerpo de Cristo en un mundo de creciente división. Reconocer la unidad es un signo de madurez (Efesios 4.1-5).
Algunos pueden estar familiarizados con el término «versos/pasajes de paliza» (clobber passages), o porciones de las Escritura sacadas de contexto de la Biblia o palabras de traducciones específicas que se han utilizado para excluir y dañar a las personas de la comunidad LGBTIQA+ y otras. Las Escritura también están llenas de pasajes y temas sobre la inclusividad y la historia del cuidado de Dios por todas las personas, en lugar de un grupo selecto. Este artículo trata menos de involucrarse en un debate teológico y más sobre reconocer la necesidad de tener conversaciones que puedan afectar a las personas a nivel emocional.
Sin duda, las Escrituras y los lentes a través de los cuales pueden interpretarse la sexualidad humana pueden llevar a discusiones apasionadas. Si usted se encuentra en una iglesia que no está segura de cómo discutir este tema de manera saludable, considere organizar una «conversación valiente» al usar esta guía gratuita de Ministerios de Discipulado.
La tradición
Juan Wesley invitó a los metodistas a construir un espíritu universal basado en el amor, incluso en medio del desacuerdo. «Ámame hasta no pensar el mal acerca de mí, hasta dejar de lado todo celo y mala conjetura. Ámame con el amor que todo lo soporta… que está siempre dispuesto a pensar lo mejor…» («Sermón 39: El espíritu católico», Obras de Wesley, Tomo II, Sermones II, p.13).
El obispo Francis Asbury proclamó:
«Si alguna vez la iglesia es sanada de sus heridas, debe ser por la disposición pacífica de los pastores y el pueblo... por una explicación completa y frecuente de la naturaleza, la preeminencia y el poder del amor; que puedan oír hablar de ello tanto, y tanto tiempo, que el amor sea hecho su religión y se convierta en el calor natural y la complexión de sus almas» (Francis Asbury, The Causes, Evils, and Cures of Heart and Church Divisions). [1]
Uno de los conceptos unificadores de Wesley a Asbury y, hasta los tiempos modernos para el metodismo, es la gracia santificadora. La gracia santificadora es la obra continua del Espíritu Santo, que nos cambia para que nuestras vidas se conformen cada vez más a la mente de Cristo. Juan Wesley llamó a este proceso de por vida santificación o volverse «perfeccionado en el amor». La gracia santificadora nos atrae hacia la perfección cristiana, que Wesley describió como un corazón «habitualmente lleno del amor de Dios y del prójimo» y como «tener la mente de Cristo y caminar como él caminó».
El obispo metodista retirado William H. Willimon explicó:
«En la Biblia, la palabra santificación significa apartar algo y hacerlo santo, comisionar algo o a alguien para un uso especial por Dios. Este énfasis wesleyano en la gracia santificadora es quizás nuestra contribución más distintiva al panorama de la vida cristiana.
Wesley tomó en serio la invitación de Jesús: «Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto» (Mateo 5.48, NVI, 2022). Por «perfección», Wesley no se refería a la impecabilidad moral o ausencia de pecado. Él se refería a la perfección en el sentido de madurez». («What Did John Wesley Mean by ‘Moving on to Perfection’?», UMC.org, June 22, 2018, https://www.umc.org/en/content/what-did-john-wesley-mean-by-moving-on-to-perfection).
Estas, entre otras razones, son por las que los metodistas creen que el atributo principal de Dios es el amor. «Nosotros amamos porque él nos amó primero» (1a de Juan 4.19, NVI, 2022).
La experiencia
Históricamente, cada vez que nuestra denominación ha eliminado un lenguaje que excluye —como negar voz, voto, ordenación y, aún más, la dignidad humana a las personas de color o a las mujeres— hemos sido bendecidos por las percepciones y el liderazgo de quienes antes eran excluidos, y hemos experimentado un reflejo más completo de la imagen de Dios. Nuestra experiencia con la gracia de Dios nos lleva más profundamente a la comunidad, y nuestra experiencia histórica como iglesia es que nuestras experiencias comunitarias son más ricas cuando se incluyen a más personas.
Esta decisión en la Conferencia General de 2024 no se tomó apresuradamente. Esta conversación ha estado ocurriendo durante más de cincuenta años. Se ha beneficiado de las percepciones y sabiduría de generaciones de metodistas unidos.
La razón
La eliminación del lenguaje restrictivo en el Libro de Disciplina no obliga a nadie a ser o hacer algo diferente de lo que es o hace en el ministerio o en la vida. No obliga a nadie a realizar bodas si no lo desea. No requiere que una iglesia realice bodas en sus instalaciones. No obliga a una congregación a recibir a un pastor de la comunidad LGBTIQA+.
Ayuda en nuestro apoyo y ministerio a los jóvenes, ya que el setenta por ciento de los jóvenes ha dicho: «Los grupos religiosos están “alienando” a los jóvenes al “ser demasiado críticos en los temas relacionados con los gays y las lesbianas”» (“A Shifting Landscape,” Public Religion Research Institute, 2014, https://www.prri.org/research/2014-lgbt-survey/).
El Rev. Brad Laurvick, además de amar al ministerio de la iglesia local, también ha sido delegado de la Conferencia General en cuatro ocasiones, y se desempeña como secretario de la Jurisdicción Oeste.
[1] La publicación de este libro solo está disponible en inglés. La traducción al español del texto aquí mencionado fue hecha por Alma W. Pérez.
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